domingo, 25 de septiembre de 2011

de CARMEN CAMACHO

Procuraré no emplear palabras redondas
verbigracia belleza libertad tu luz
Demasiado grandes / que esperen//
Más urgente se me hace decir
anoche conté con el cuerpo
los trecientos dedos
de tu mano.


http://www.autoresenlared.com/v2/antologias/carmencamacho_antologia.pdf

miércoles, 21 de septiembre de 2011

AYER ME PRESENTARON A JORGE BOCCANERA,HOY ME GUSTA


http://www.artepoetica.net/Jorge_Boccanera.pdf



Ella viene despacio entra tropieza con mi tos con mi costumbre de dejar la nuca en cualquier parte viene despacio ordena mis silencios desata las palabras necesarias recibe la correspondencia de mis ojos viene despacio a tender sus manteles de ternura viene despacio apenas echa humo para no despertarme se abre paso entre vasos arrojados al día retratos de mujeres noches de bronca y noches de ginebra viene despacio entra se arrodilla al borde de mi alma a juntar los fragmentos de mi risa después se vuela azul como la tarde
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siempre estoy comenzando este poema
pero claro
llaman a la puerta las voces cotidianas
o se cae a pedazos el día diecinueve
o se me sube rosi a las rodillas
o caigo en la guitarra buscado no sé qué
siempre estoy empezando este poema
pero llegan recuerdos de una ternura de un día
o me sirven café
o voy a ver al boby que está ladrando mucho
siempre estoy empezando este poema
y escribo una palabra y ya viene la tarde
con su naufragio entonces
pongo la ternura en una botella
para que alguien recoja pedazos de mis ojos
siempre estoy empezando este poema
pero llega la noche
quiero decir tu pelo mojado
quiero decir que crezco
y que salgo a caminar tu nombre.
JORGE BOCANERA

martes, 6 de septiembre de 2011

Gala a Dalí

- Dime ahora lo que quieres que te haga. Pero dímelo despacio, mirándome a los ojos con las palabras más crudas, más ferozmente obscenas que puedan hacernos sentir mayor vergüenza.
Entonces Gala contestó: ‘Reviéntame’. Quedé tan atónito al ver que se me ofrecía mi propio secreto como regalo en lugar de la ardiente proposición erótica que había esperado, que tardé en contestarle. ‘¿Lo harás?’ – oí que repetía. Contesté: ‘Sí’. Y volví a besarla. Duramente en la boca. Mientras repetía en el fondo de mí mismo: ‘No. No la mataré’. Y mi segundo beso a Gala, que era un beso de Judas por la hipocresía de mi ternura… simultáneamente consumó el acto de salvar su vida. Y resucitó mi alma.

lunes, 5 de septiembre de 2011

GALA l'oliveta

a Éluard: te cubro de besos con la más dulce violencia