jueves, 25 de agosto de 2016

Historias de mercado

HdM 25
Se acercaron tres mujeres al puesto, miraron la mesa de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, dos dijeron a coro: No, no tiene. Les ofrecí mi ayuda ¿Qué desean? La señora de la silla de ruedas contestó: Un collar rojo. Sonreí y le pregunté si tenía que ser rojo inevitablemente, asintió y sin replicar les deseé un buen día. Ante los cien años de la clienta casi hago una reverencia.

HdM26
A veces es por el sol, otras por el frío, los feriantes nos prestamos telas y pinzas, unimos puestos y formamos pequeños campamentos. A veces, muy pocas, hasta celebramos las ventas a coro. El compañero vecino del año pasado cruzó la plaza y llegó frente a mí: ¿Me recuerdas? Te prefiero a ti de vecina que el que tengo este año. Sonriendo recibí el cumplido. Al terminar el mercado mi nuevo vecino señaló que pediría que nos pusieran juntos.

Y sentí que algo iba bien. 

miércoles, 17 de agosto de 2016

Historias de mercado

22 
Paseaba por el mercado con su sombrilla negra y melena rubia, con su sombrilla, vestido y sandalias negras, balanceaba sus caderas y cruzaba sus piernas blancas, manifiestamente no podía ser el quitasol de otro color, tenía muy ensayado el modelito  aunque su sombra sumara dos grados más. Aparentemente no llevaba bolsillos, ni dinero, pero quien cree que quisiera comprar.

 23
Paco es el mayor de diez hermanos y vende de todo aunque dice que ya no se vende como antes .¡Volvías con el serón vacio! Exclama cuando se refiere a tiempos pasados. Preparaba una feria y reunía a la familia, entre todos llenábamos las bolsas con yerbas, el romero, la manzanilla, el laurel. ¡No vendemos porque la gente tiene miedo, porque estos cabrones ni siquiera hacen gobierno! Enfadado, con su voz ronca escupe cabales titulares.  
 24

Mientras preparaba las maletas me acordé de ti y por si volvías a la feria del pueblo metí este bote con botones. 
La señora Charo veranea en ese pueblo, que no es el suyo aunque ya si, desde hace años. Resumimos el año en un pis pas. ¿Dónde vas a la semana que viene? Le digo que tengo que aprovecharme de los veraneantes, que luego llega el frío y las dos reímos cómplices.