sábado, 28 de octubre de 2017

HISTORIAS DE MERCADO 37

María Antonia es una maniquí descabezada que a veces viaja conmigo y que luce como nadie cualquier cosa que se ponga. Le dije a la clienta que no se vendía, que el collar era el mío, el que llevaba por la mañana antes de vestirme de medievala .Volvió diciendo que si no lo vendía no entendía que hacía ahí expuesto .Pero si está estrenado, le discutí, no me importa, dijo y con la insistencia más tierna del mundo compró el producto más exclusivo del mercado.

HdM 38
Fíjate, en un trozo de tela coses unos botones y ya está! Es una señora sin edad, de cara blanda y piel trasparente .Mi vecina de puesto y compañera de mercado al oírla resopla. La miro, me levanto y dice que advirtió la polvareda que se levantó en los 100 centímetros que me separaban de la clienta. ¡Con la de botones que yo tengo! Contente, me rogaba mi amiga telepáticamente. Me puse bien el vestido, las mangas de murciélago, la diadema y le dije sin enfados: Yo, en tu lugar, al llegar a casa  lo primero que haría es hacerme un par de collares, en cuanto llegara. ¡Madre mía, con la de cosas que tengo que hacer! Carcajeó. ¡Mucho que hacer y muy poca gracia, eso es lo que tienes! Tira .Y se fue sin muchas risas, por fin.

HdM 39

Sujeta la cartera con las dos manos, no lleva tacones ni maquillaje .Pángame ese reloj, dice señalándolo ¿Se lo prueba? No hace falta, dice entre sería y apresurada. También está en color azul, le cuento. Da igual, aclara un poco más enfadada. No es para mí. Es un regalo, le pregunto. ¡A la fuerza! y ahora si que sí, de mal genio cuenta que su hijo está en la cama, qué no ha ido a dormir a casa esta noche y encima le ha encargado el regalo para su novia. Conteniendo la risa le pregunto si se lo envuelvo para regalo ¡Como quieras, me da lo mismo! Y le pego la pegatina Deseo que te guste en el centro del corazón, qué digo, ¡en el centro del regalito!

lunes, 26 de junio de 2017

HdM 36 Gitano canastero

Quien te ha enseñado a trabajar el mimbre le pregunto, se moja los labios y me dice que antes de nacer ya estaba con cestos .Mi madre embarazada trabaja en su silla y bien me apoyaba en la cesta o la cesta en mí, se ríe. Es el segundo día de mercado y la cosa no va bien, cómo haces para no perder el ánimo ,conversamos .¿Tú sabes hacer otra cosa? Yo, poco más, le respondo. Pues entonces ¡calma! ¿Esa es la palabra? Insisto, y repite, esa, mientras se acerca a una clienta. Aquilino aparta una caracolera debajo de la mesa y vuelve a nuestra charla .¿Qué te apuestas a que no vuelve? Si volverá sí, me dice tranquilo. Yo pago los cafés bromeo. Cuando la mujer vuelve y paga su compra, el cestero hace sonar unas monedas y sonríe complacido. ¿Cómo lo sabes? Exclamo. Se sabe mujer, se sabe y los ojos se le achinan divertido. No sé si le parezco  tonta, a mí, conocerle, me parece lo mejor del fin de semana, y le doy coba y me gustaría que siguiera contando cosas. Hoy no se ha afeitado, porta un sombrerito muy llevado y una camisa muy blanca .Si estuviera mi mujer te reirías mucho con ella, esa consiente lo justo a las clientas. Es que las hay tremendas, puntualizo.
Un grupo de señoras le pregunta por las caracoleras, que para que sirven y qué precio tienen. Sirven para guardar cosas, caracoles, patatas, responde, una de ellas bromea que para encerrar culebras y que ella tiene varias con flores en la entrada de su casa, marchan riendo y mi vecino que ha aguantado inmutable, tira su sombrero al suelo y resopla, reímos tan fuerte que me da flato ¡Ay! Ya no me siento tonta, somos cómplices. Antes de terminar la mañana se acerca con una cesta en la mano y le pregunta a mi hija si le gusta, Cristina le dice que es muy chula ¿Es para ir a por setas? O para guardar productos de baño, nos aclara .Toma, para ti .Y nosotras le regalamos un detalle para su esposa que le espera con la comida preparada y cuenta que atiende con desparpajo a la clientela, así, un poco como tú, explica.

Buena suerte vecino, me despido. Esta tarde no vendré, tenemos comida familiar me cuenta .
Yo lavaré hoy las telas y las lonas  porque ayer tuve la mala suerte de mojarme hasta el tobillo y el gusto de conocer a un gitano canastero que me alivió la faena.

lunes, 5 de junio de 2017

33 HdM

33
Le pregunté si era para regalar, dijo que sí. Le acompañaban 3 niñas, unas gafas grandes y 167 cm de pocos años. Le enseñé la hoja de pegatinas para que eligiera y respondió que no era su cumpleaños ni nada. El regalo es solo porque es mi novia.
Me vio sonreír, pero no sabe que yo pensaba en su mamá cuando le entregué la compra. ¿Será su mamá que lo educó bien, o el consejo de una buena amiga quien está detrás del detalle?

34
Rancheras, boleros, tangos o baladas lo han dicho mejor que yo mil veces y es que volver pellizca la garganta, volver a un lugar, a un encuentro…Mi tocaya trajo dos rodajitas de sandia, servilletas de papel,  una botellica con café con leche caliente, dos magdalenas, azucarillos y unas tacitas de usar y tirar, para merendar. No debería extrañarme, hace dos años me dio de comer y una lección de generosidad.  Después de la charla, despidiéndonos cerquita de la puerta de la Iglesia  y sin ser yo apostólica ni nada, le pedí a la santita que le ayudara en su soledad ¡Un regalo para esta buena persona!

35
Nadie, rozo lo absoluto, cuenta como le han ido las ventas en las ferias sinceramente. No me queda duda alguna al afirmar que  vendedores y artesanos hablan de mercados y balances como si tú, que estabas a 3 metros de su puesto no hubieras estado, como si de tu puesto al suyo , una galaxia o dos distanciara y emborronase lo acontecido.
Le digo a mi vecino a primera hora de la mañana que estoy pensando en desmontar, que además  han dado lluvias y que tengo muchos km hasta casa. ¡Mujer! Exclama interrumpiéndome .No querrás decir que ayer vendiste lo que cuesta el mercado, le reprocho. Si, la verdad que si , dice sin despeinarse un pelo. Pues habrá sido por teléfono porque yo no te vi tanto movimiento , dije ya enfadada y en ese instante , la voz de mi pareja, que no la de mi conciencia me reclamó .¡ Isa! Tras la lona me oí lo de hacer amigos y en mi defensa argumenté que estaba harta de 1.500€ en olivas, en aceites o piedras mágicas.

Esa mañana no llovió, cubrí gastos y punto; señores, se llama pinchar y punto. Punto que me podía dar yo en la boca para evitar desgastes.

miércoles, 3 de mayo de 2017

HISTORIAS DE MERCADO 30

 30
Señala con el dedo índice y exclama ¡Cuánto me gustaría tenerlo! Me enseña una moneda de dos euros y me pregunta si le llega. Vuelve al puesto con una mujer joven que le intenta persuadir. Estos colgantes son muy bonitos, le dice. Intervengo preguntado si es para regalar o para el, pero antes de responder la joven rubia le convence, yo le comento que quizá si ahorra al año que viene lo pueda comprar y si le gustaría trabajar conmigo. Al rato, regresa por un lateral del mostrador y me dice: He tenido una idea, deberías guardarlo en una caja fuerte hasta el año que viene. Me quedo sin respuesta y antes de poder articular una palabra se marcha corriendo.
Veo a Ariel entre el grupo de gente, tiene 6 años y un vocabulario muy rico; viene hacia el puesto medio saltando y me da un besito en la mejilla diciendo: ¡Para que no me olvides! El no sabe que nunca le rozará la indiferencia. 


HdM 31

¡Qué niños tan guapos! Exclamo en pie, detrás del mostrador. Se parecen a mi hijo pequeño, su padre. Responde despacio, casi silabeando, la señora. Lleva un moño bajo y la espalda derecha. Yo tengo hijas, me hubiera gustado tener un varón. Sonrío. Yo tuve 8 hijos, 5 niños y 3 niñas y en el parto del último, el médico me dijo que no lo mirase tanto, que no tenía hijos y que a su esposa y a él le haría muy feliz que se lo diese. Escucho con los ojos muy abiertos .¡Si, hija ,si! . Era muy guapo el bebe, ríe. No señor, crié a mis 7 niños y criaré a este igualmente. 
Los nietos no le sueltan la mano. Exclamo mirando al muchacho ¡Vaya historia! Y el asiente con la cabeza, los ojos azules y la boca perfecta de su padre, al que ofrecieron otra vida al poco de nacer.

HdM 32


Se queda el puesto vacío y la señora doña me dice que tengo mucho arte. La he visto reparar en varios artículos y la he querido dejar para el final. Tu si que tienes arte, la piropeo, ¡vas ideal! Observo que lleva las uñas pintadas del mismo color que el estampado del traje y el peinado con un pelin de exceso de laca que no menciono .Uy! Tengo q perder de aquí, señalando el estomago. Si adelgazas no tendrás la cara que ahora tienes. Eso es verdad, me responde coqueta. Tengo muchos años y he tenido negocio propio. Enviudé a los 50 y a los 60 me volví a casar. Mi hijo ha vuelto a casa a sus 40 años y los nietos creo que son para sus madres. La vida da muchas vueltas, ya lo sabrás. Y ahí quedo yo, como si me hubieran bendecido en lengua de verdad verdadera.