Tengo muy buen olfato y no olía a lentejas, ni suavizante.
Mientras se acercaba al puesto me fijé que su traje no llevaba una arruga,
podía ser nuevo, o no haberse sentado nunca en la vida con él. Dijo ¡Buenos días! y le pregunté a la monja si le gustaba mi puesto. Me choca el nombre y lo que
haces con botones. Su voz, igual de impoluta que su hábito, hiló una sonrisa. Me
gustan los botones desde pequeña, le conté. A mí de pequeña, nos llamaban “los
botones” y yo sonreí más. ¿Por qué? No
sé, pero a mi familia nos llamaban así. Teníais sedería, había modista en la familia,
insistí. No, no sé porqué. Y cómo me pareció un no de” no me da la gana contártelo” le
expliqué que yo era nieta del corredor, que yo no corría nada y que era ese el
mote porque el abuelo Gregorio participaba en las carreras populares de la comarca.
Me dijo que Dios te acompañe o algo del Señor amén y se marchó. Sabes, yo nunca
te hubiera interrumpido si me hubieras contado el origen de tu mote “botonera”
viernes, 25 de noviembre de 2016
jueves, 3 de noviembre de 2016
28
Me dice la modista de ojos verdes que no cosa de noche,
especialmente sobre negro. Le digo lo bonito de sus ojos y me dice que a su
hijo discapacitado le han operado y ha recuperado mucha vista .Me intereso,
emocionada por lo que cuenta. Él no habla pero le notábamos asustado, ahora es
más feliz.
Sonríe esta maravillosa mujer y mientras sostengo los
botones que ha traído me esfuerzo, sin éxito,
en no llorar. ¡Hay mujeres felices!
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lunes, 19 de septiembre de 2016
Historias de mercado 27
La mujer del pañuelo de flores regatea el precio, yo le
cuento que he estado de vacaciones en Marrakech
y sonríe. Soy deTiznit, dice. Me vuelve a preguntar el precio y sigo con
mi historia ¡Qué bien lo pasamos! Mi habitación era tan grande como mi casa de Zaragoza.
Fuiste sola, se interesa .No, toda la familia, tengo dos hijas. Yo no tengo
hijos, mi marido no puede, lo cuenta bajito, ya nos miramos en médicos, es por el.
Sonrío yo ahora y le pregunto si le gustaría tener niños. ¡Sii! Risueña. Pero la cosa está mala, ya no sonríe .
Mi marido no trabaja, solo yo. La señora muy buena. ¿Me rebajas 5 euros? Mi
hija se ha ido a trabajar cerca de Gibraltar, le cuento . Si, si, yo conozco, y
abre el monedero justificando que no tiene más monedas sueltas. No hay regateo,
ya pongo los precios muy ajustados, le digo a sus ojos claros, pardos , bonitos
,algo gatunos y mueve el billete de 50 euros como si fuera incienso. No, digo
con la cabeza, cordial. No pasa nada, guarda el dinero y se despide. Musito “no
pasa nada” pero si pasa.
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jueves, 25 de agosto de 2016
Historias de mercado
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Se acercaron tres mujeres al puesto, miraron la mesa de
izquierda a derecha y de derecha a izquierda, dos dijeron a coro: No, no tiene.
Les ofrecí mi ayuda ¿Qué desean? La señora de la silla de ruedas contestó: Un
collar rojo. Sonreí y le pregunté si tenía que ser rojo inevitablemente,
asintió y sin replicar les deseé un buen día. Ante los cien años de la clienta
casi hago una reverencia.
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A veces es por el sol, otras por el frío, los feriantes nos
prestamos telas y pinzas, unimos puestos y formamos pequeños campamentos. A
veces, muy pocas, hasta celebramos las ventas a coro. El compañero vecino del
año pasado cruzó la plaza y llegó frente a mí: ¿Me recuerdas? Te prefiero a ti de
vecina que el que tengo este año. Sonriendo recibí el cumplido. Al terminar el mercado
mi nuevo vecino señaló que pediría que nos pusieran juntos.
Y sentí que algo iba bien.
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miércoles, 17 de agosto de 2016
Historias de mercado
Paseaba por
el mercado con su sombrilla negra y melena rubia, con su sombrilla, vestido y
sandalias negras, balanceaba sus caderas y cruzaba sus piernas blancas,
manifiestamente no podía ser el quitasol de otro color, tenía muy ensayado el
modelito aunque su sombra sumara dos grados
más. Aparentemente no llevaba bolsillos, ni dinero, pero quien cree que
quisiera comprar.
Paco es el
mayor de diez hermanos y vende de todo aunque dice que ya no se vende como
antes .¡Volvías con el serón vacio! Exclama cuando se refiere a tiempos pasados.
Preparaba una feria y reunía a la familia, entre todos llenábamos las bolsas
con yerbas, el romero, la manzanilla, el laurel. ¡No vendemos porque la gente
tiene miedo, porque estos cabrones ni siquiera hacen gobierno! Enfadado, con su
voz ronca escupe cabales titulares.
Mientras
preparaba las maletas me acordé de ti y por si volvías a la feria del pueblo
metí este bote con botones.
La señora Charo veranea en ese pueblo, que no es el suyo aunque ya si, desde hace años. Resumimos el año en un pis pas. ¿Dónde vas a la semana que viene? Le digo que tengo que aprovecharme de los veraneantes, que luego llega el frío y las dos reímos cómplices.
La señora Charo veranea en ese pueblo, que no es el suyo aunque ya si, desde hace años. Resumimos el año en un pis pas. ¿Dónde vas a la semana que viene? Le digo que tengo que aprovecharme de los veraneantes, que luego llega el frío y las dos reímos cómplices.
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miércoles, 22 de junio de 2016
HISTORIAS DE MERCADO 20
La chica que dormía sobre una mesa de pin pon maneja el
fuego y mira con ojos de agua, luego conduce muchos kilómetros y enseña lo que
hace. La chica que dormía sobre una mesa de pin pon habla bajito y con la misma
dulzura de la llama en sus esmaltes me dijo que su madre era la gran artista.
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Llena de ojos vivos abrió el saco para sacar el monedero, ojos vivos y pícaros, señaló un collar de
flores pequeñas con sus dedos también pequeños, no sé cuando me lo pondré pero
tengo que comprarlo, dijo, y mi ego de artista se lo hubiera regalado pero la
Ibercaja no entiende de querencias.
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lunes, 6 de junio de 2016
HISTORIAS DE MERCADO 19
¿Y ahora donde vais? Me preguntó una mujer mientras yo
resoplaba a eso de las 8 de la tarde en la calle vacía. Pues nos vamos a casa,
a contar los céntimos y lavar las telas mojadas por la tormenta, ¿o creías que
tenemos una carpa escondida y damos juntos de comer a los elefantes, saltamos
las hogueras y nos procreamos? A puntico de decírselo estuve.
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luego, si eso
HISTORIAS DE MERCADO 18
Legiones de madres adoctrinan a los niños: primero miramos y luego ya si eso…. El “si eso” debe estar en ese sitio entre el ser o no ser y las ferias son del SER y ESTAR, donde los pobres hemos sido siempre más felices que nadie con nuestra pulsera de abalorios y el monedero de cuero con olor a cuero . Ahora los currantes pasean por el mercado y hacen corros, muchos corros donde se cuentan de vesículas y comuniones, y eso que no sabias tú pero que la chica de Consuelo se ha liado con una moderna de esas.
Legiones de madres adoctrinan a los niños: primero miramos y luego ya si eso…. El “si eso” debe estar en ese sitio entre el ser o no ser y las ferias son del SER y ESTAR, donde los pobres hemos sido siempre más felices que nadie con nuestra pulsera de abalorios y el monedero de cuero con olor a cuero . Ahora los currantes pasean por el mercado y hacen corros, muchos corros donde se cuentan de vesículas y comuniones, y eso que no sabias tú pero que la chica de Consuelo se ha liado con una moderna de esas.
Y que quieres que hagamos con 700€ que nos pagan, me
argumentó un señor que olió mi penica , pues nada, llévate la bolsa de
magdalenas pá casa y mañana desayunáis .
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viernes, 22 de abril de 2016
HISTORIAS DE MERCADO 15
Dice Rosa que tengo estilo francés, yo no sé qué estilo es
ese y le respondo que la feria está yendo regular, me recomienda Ampuria, el
sur de Francia y sus enormes ojos me callan , la escucho contar de Las Vegas,
de Brasil, la viajera Rosa y su esposo me sonríen, me halagan y celebramos
habernos conocido. No hay nadie en el mercado, a las ciudades dormitorio no
les va el estilo francés , musito.
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La mamá de una niña para el cochecito delante del puesto y
mira los colgantes, me gusta este le dice al hombre que las acompaña. ¿Y?
responde el. Me gustaría comprarlo ¿me das dinero?.El saca 5 euros del bolsillo,
ella me paga y le da las vueltas. Dobla meticulosamente la bolsita, la deposita
al fondo de su bolso y cierra la cremallera. Le vendí un tesoro y ni le puse lazo.
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Mi mujer se ha probado una pulsera con brillos .Si, la
recuerdo, y me pide que se la ponga para regalo, le pongo la pegatina y me
explica que es para el día de la madre y que si por favor tengo una bolsita
opaca, sois muy jóvenes para ser papás, le digo. No crea, es que aparento menos
edad, a usted también se la ve joven señora, y el casi niño se despide con una casi
sonrisa educada.
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