Me dice la modista de ojos verdes que no cosa de noche,
especialmente sobre negro. Le digo lo bonito de sus ojos y me dice que a su
hijo discapacitado le han operado y ha recuperado mucha vista .Me intereso,
emocionada por lo que cuenta. Él no habla pero le notábamos asustado, ahora es
más feliz.
Sonríe esta maravillosa mujer y mientras sostengo los
botones que ha traído me esfuerzo, sin éxito,
en no llorar. ¡Hay mujeres felices!
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