El día 13 me robaron la cartera, me quitaron los puntos de una biopsia en la espalda, anulé las tarjetas de crédito, hice la denuncia por teléfono y volví al centro de salud a preguntar si habían encontrado una cartera . Aquí comienza la odisea , q ahora queda en pura anécdota pero me causó verdadero estupor.
Perdida la esperanza de q la cartera me la hubiera dejado sobre el mostrador de Zara ,aquí no nos han entregado nada , me dijo la cajera , unos agentes de seguridad me acompañaron a la oficina bancaria del centro comercial para anular las tarjetas bancarias y la del Corte Ingles. No sé si por impotencia, por cabreo o pq es la cuarta vez q me roban, lloré mientras me pedían los datos en el banco, desgraciadamente no llevaba pañuelos de papel, así q el banquero me ofreció las típicas servilletas plegaditas y ásperas con las q me limpié las lagrimas y los mocos, y a su vez enrojecieron mis ojos y mi cara . Todos fueron muy amables , pero mi llanto no decrecía . Se hicieron las 20h y 5’, llegue al centro de salud para preguntar, las puertas no se abrían pero vi gente dentro, llamé al cristal, seguía llorando, y una señora con bata blanca q no olvidaré jamás, me miraba , no sabría decir si con fastidio, con incredulidad o con desconfianza. Yo rogaba q me abriera mientras me enjugaba las lagrimas con aquellas servilletas tiesas de papel reciclado. Reconozco q quizás mi estado nervioso era, cuando menos, inquietante, he pensado hasta si le debí parecer una loquita q aporreaba la puerta, sea como fuere, la señora con bata blanca me negaba la atención q yo suplicaba. En estas q las puertas se abren , sale una señora con un niño y aprovecho para cruzar la puerta . La señora de bata blanca sigue en el mismo sitio, se acerca un paso, y sin mover tan apenas un musculo escucha mi reclamo, solo me dice q no con la cabeza, insisto: Y usted ya lo sabe seguro sin preguntar a seguridad ni en el mostrador, ni a nadie? Solo mueve la cabeza negando. Usted no tiene caridad, le reprendo , pq no me ha abierto la puerta? Me rindo ante semejante autómata y me dirijo hasta el otro centro comercial de donde tb tenía la visa.
Por el camino me lamento de mi mala suerte, pienso en la negación de auxilio de la puñetera trabajadora del salud y vuelve el llanto. ..Y si me hubiera estado dando un infarto, o un ataque de ansiedad? Ella ni se canteó.Debió de pensar q su turno estaba terminando y q atenderme sería una putada.
Camino hacia Carrefour, no llevo ni un céntimo encima, y noto unos pasos q se aceleran. No puede ser, me digo, hoy ya no me van a atracar! Pero los pasos se acercan, sigo llorando , miro hacia mi izquierda , acelero y un muchacho joven me alcanza y me pregunta si me ocurre algo malo y si puede ayudarme . Balbuceo ,cual niña pequeña, ¡me han robado la cartera!
A punto de sacudirle con el bolso , golpearle por la mala mujer q no me atendió, por el ladrón o ladrona de pobres , por las servilletas lijadoras , por mi mala suerte .El chico no sabe q me reconcilió un poco con la vida y yo tampoco sé donde está la vocación asistencial de aquella sanitaria .
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