Súbeme a tu mesa
y disponte a contemplareste manjar que te ofrezco.
Relámete de gusto
pues así me haces sentir
cuando salgo a tu encuentro.
Mírame de arriba abajo,
úntame de manteca y ojos
y prueba el punto de sal
con las yemas de tus dedos.
enciende una vela
y come.
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