Los niños que vivían en esa calle del pueblo rodearon el
puesto un par de veces .Me hacían preguntas y tocaban con sus dedos botones,
perlas y lacitos .Salí del porche cuando no llovía y al regresar seguían allí saltando charcos. Habéis visto
las cigüeñas del tejado de la iglesia ,
pregunté emocionada , ¡Son enormes! . Si, las vemos cada día , dijo una niña
con los labios negros del regaliz . Cuando vamos al colegio , detallaron dos
pequeños a coro, cuando volvemos, siempre están ahí. No entendemos que ves de extraordinario,
les faltó decir .
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