No se si fueron los 500 ml de cocacola que me bebí en el
cine o el jarabe con nombre de seta q sabe a almendras lo q me mantuvo despierta
hasta las tantas.
Me entraron muchas ganas de volar hasta Haddon Hall,
Bakewell, donde se rodó JANE EYRE de la que
dicen :” El director dibuja con precisión a los personajes y expone con
claridad y sin rubor todas y cada una de sus emociones. Sintetiza el contexto
en sus decisiones (o en la ausencia de las mismas), sus palabras y sus gestos.
Y vuelve a acertar al reflejar en la atmósfera del filme los procesos
emocionales de los personajes”
Y a falta de la cintura de Mia Wasikowska y la
cara del Sr. Rochester o el señor entero , pasear por esos parajes , verdes,
tan verdes , q los corazones se angustian, cómo no podía ser de otra manera; imposible soñar con esos vestidos y escenas de amor, (q bien podrían haber incluido
una, de todas esas veces q estuvieron a punto de besarse , un encuentro amoroso,
carnal, pasional tradicional, no hacía falta innovaciones ni ilustraciones
detalladas, repito, solo un intercambio y la película les habría salido bordada
), me dicté otro guión que espero retomar esta noche .
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