(…)
Presiento algo, mamita:
Nunca jamás el Estado se ha encontrado tan enfrente del hombre,
Nunca jamás la traición de los hombres ha estado tan de moda,
Nunca jamás el sueño de las noches ha sido tan pesado
Y las mujeres jamás estuvieron tan desoladas, tan vacías.
Te digo, querida:
Que el peligro me está invitando sonriente,
Con la boca desdentada de un amor mordiente,
Con grietas en el carácter, que son
Parte de la gran grieta social.
Me están ofreciendo puestos de trabajo,
Tengo muchos amigos y conocidos,
Todos muy altos en puestos de nombres solemnes
Pero muy bajos en su tensión vital.
Quieren elevarme agarrándose a mí,
Me están derribando en lugar de levantarme.
Querida, escúchame sin preocuparte:
Voy a hacerlos picadillo , picadillo, te digo,
Con la máquina de picar carne
De mis versos.
...buscando razones para volver a escribir
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