sábado, 20 de marzo de 2010

como en primavera



Tuve la suerte de que mi familia tuviera huerto , tuve la suerte de haber plantado árboles y hortalizas y rosales en él. La semana pasada fuimos a podar, en Soria aún hace frío ,yo no podé, solo recogí las ramas cortadas en gabillas . Le conté a mi hija pequeña como mi abuelo , con problemas de visión arrancó las pequeñas cepas creyendo que eran malas yerbas y mi padre le echó tremenda bronca ,abuelo, le dijo, refiriéndose a su suegro, no haga nada más, mejor siéntese a la sombra
Aquel primer huerto se vendió y al de la poda hacía años q no iba , estaban enormes los albergeros , solo comimos un año, las demás cosechas se las comieron los niños, los pájaros y los caminantes .
Me pido ser un albergero, pretito de flores rosas , ramilletes q luego serán alberges siameses , con abejas rondando y cantando , y sus brotes nuevos en las puntas de las ramas . ...o eran melocotoneros los que tienen la flor rosa?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me asomo a la terraza y diviso infinidad de puntitos rosas que meciéndose al compás del viento sur, dibujan estelas marinas, caminos de santos y rumbos etéreos para la imaginación.
son los melocotoneros que nos invitan a salivar un año más las experiencias pasadas junto a nuestros mayores, que con manos temblorosas podan, plantan, cavan y arrancan malas hierbas, imprimiendo con humanidad surcos en el recuerdo y la madre tierra.
tu escrito me ha abierto los poros del alma campesina que mora en los seres vivos descendientes de caín, patrón de la raza humana, de sus aspiraciones y desencuentros con ... pero hoy no quiero filosofar, deseo quedarme a la sombra de tu albaricoquero y respirar hondo, muy profundamente, el aroma de tus palabras y fundirme en sepia con tus remembranzas, sintiéndome a tu lado, recogiendo los sarmientos frutales para encender un fuego aromático que, invitándonos a danzar, nos funda en el abrazo hermano de la vejez, y nos impregne de la sabiduría necesaria para compartir estas palabras-pensamiento-sentimiento.

autómata

Anabel dijo...

Mi padre siempre ha tenido huerto, por lo que desde bien niña he sabido distinguir y disfrutar del sabor de verdad de los frutos recién cogidos y madurados en su mata. Tú sabrás igual que yo que un tomate de huerto no tiene nada que ver con un tomate de Mercadona, por poner un ejemplo.

Me ha dado una vuelta por tu blog y me gusta tu proyecto de poesía. Yo participo en un grupo de poesía que también se reune en un pub de madera muy chulo. Allí recitamos nuestras poesías -yo poquitas, que lo mío es más la prosa- que algunas veces es erótica y otras no.

También participo en un programa de radio, en Cuarte de Huerva, muy cerquita de Zaragoza, en donde mi grupo de prosa "3d3" leemos nuestros cuentos breves y hablamos de lo mucho que nos gusta escribir, de literatura y de lo que se nos ocurra.

Gracias por tu paseo por mi blog. Seguimos en contacto.

Saludos,

Anabel, la Cuentista